
Se trasladó con su familia a Madrid en 1883 y se formó en la Institución Libre de Enseñanza. Vivió largas temporadas en París, donde entró en contacto con la poesía simbolista francesa. En 1910 contrajo matrimonio con su prima Eulalia Cáceres, mujer profundamente religiosa, y trabajó como archivero y bibliotecario. Durante la Guerra Civil colaboró con el aparato de propaganda nacionalista y fue elegido miembro de la Real Academia Española (1938).
Dio sus primeros pasos literarios en la revista La Caricatura, fundada y dirigida por Enrique Parada, con quien colaboró en los poemarios Tristes y alegres (1894), y Etcétera (1895). Tras conocer a R. Darío, a quien consideró su maestro a partir de entonces, la estética modernista penetró profundamente en sus concepciones poéticas, forjadas también en el simbolismo francés finisecular.
La aparición de Alma (1902), Caprichos (1905) y La fiesta nacional (Rojo y negro) (1906) lo consagró como una de las figuras más sobresalientes de la nueva poesía, aunque más adelante buscó una formulación más personal y cercana a su talante andalucista con Alma. Museo. Los cantares (1907) y, sobre todo, a través de El mal poema (1909) y Cante hondo (1912), donde la musicalidad de sus versos se dirigió a la recuperación de la copla popular andaluza.
(Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/)
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